domingo, 2 de marzo de 2025

2/marzo/2025 ¿POR QUÉ LOS CRISTIANOS BUSCAN HACER LAS COSAS EN EL DESEMPEÑO DE LA RELIGIÓN PARA ESTAR BIEN CON DIOS?




2/marzo/2025
¿POR QUÉ LOS CRISTIANOS BUSCAN HACER LAS COSAS EN EL DESEMPEÑO DE LA RELIGIÓN PARA ESTAR BIEN CON DIOS?
(Continuación: ¿CÓMO ERA LA VIDA DE LOS CRISTIANOS ANTES DE CONGREGARSE EN TEMPLOS? *En YouTube: https://www.youtube.com/watch?v=m35e9pRrgGo )
Para fin de este artículo, continuamos con la parte 2 de estudio de la epístola “a Diogneto” la cual data de las postrimerías del Segundo Siglo, cuyo autor se encuentra anónimo y el milagro que rodea esta epístola fue el hecho de que no se tuviese conocimiento de su existencia hasta que fue descubierta en el siglo XV, cuando el manuscrito se encontraba siendo utilizado para envolver pescados frescos en un comercio de carnes.
La epístola “a Diogneto” para nosotros como ministerio, consideramos que se trata de la obra más grande jamás redactada después de la Biblia, basada en una apologética cristiana, la cual retrata la vida de los cristianos en el imperio romano en los primeros dos siglos de la historia de la iglesia.
Esta epístola está narrada por el testimonio de un testigo ocular de cómo vivían los cristianos en el mundo expresando el amor ágape, no solo por sus hermanos en la fe, sino también por los que les perseguían sin causa alguna.
El amor ágape para efectos del uso que se le da en el Nuevo Testamento, tiene un carácter fuerte moral basado en la naturaleza de JESUCRISTO, quien es amor según 1 de Juan 4:8-16, el cual expresa gozo y un compromiso inquebrantable de hacer las cosas motivados por la naturaleza de Cristo a la cual han sido trasladados cada creyente, cuyos corazón han sido renovados por la máxima expresión del amor de Dios quien es fiel a su naturaleza, dando a su Hijo unigénito como el “Siervo Fiel” según Mateo 6:24.
Siendo el amor ágape el que condujo a Dios a sacrificar a Jesucristo en una muerte espantosa por crucifixión, no por algún acto de alguna digna excelencia que hayamos hecho, sino por el afecto de su voluntad, habiendo establecido, que el Cristo tenía que morir como la máxima expresión de su amor por aquellos con quienes estableció una relación “incondicional” desde la eternidad según Juan 3:16-18.
El amor ágape que se manifiesta en los creyente de Jesucristo, quienes entienden que son receptores de un amor inmerecido, que los conduce a sentirse como “desahuciados espirituales”, sintiendo que han sido saciados de su hambre y sed, por el haber comido del el pan de vida y bebido del río de agua viva.
De manera que, los siervos fieles entienden que el amor ágape no está basado en un mero sentimiento que busca la aprobación de Dios y los demás, sino que brota del amor ágape que el Espíritu Santo derramó en nuestros corazones cuando fuimos transformados conforme a la naturaleza de Jesucristo.
Habiendo sido transformados de una naturaleza egoísta e intransigente, es entonces cuando expresamos con entero gozo, el sacrificar nuestra constante búsqueda de bienestar personal, para ocupar nuestro tiempo ministerial, buscando el bien de aquellos que no han experimentado y no pueden entender el amor ágape de Jesucristo.
El amor ágape, el cual motiva a los cristianos cuyas mentes han recibido la renovación del entendimiento conforme a los pensamientos de Jesucristo, hace un marcado contraste con las motivaciones del pueblo religioso cristiano institucionalizado por estructuras de control social religiosas donde son inducidos por especulaciones de los hombres, quienes ponen un yugo pesado sobre los demás, imponiendo la idea de que “Dios los llamó para servirle en ese lugar”, de manera que el laico o cristiano de segunda categoría llega a entender que, todo lo que hace en el desempeño de la religión, tiene el propósito de ganarse la bendición de Dios.
De manera que, el religioso no puede expresar el amor ágape inmerecido de Jesucristo que le conduce a sentirse como un mendigo espiritual, sino más bien expresan sus raíces de amargura, cuando se la pasan comparándose con los demás, jactándose por sus excelentísimas obras en el desempeño de la religión con las cuales pretenden estar bien con Dios.
Hermano o querida hermana, ninguna de nuestras bien intencionadas obras que podamos realizar en el lugar de la congregación o fuera de la congregación no va a producir la manifestación del poder de Dios. Como tampoco va a producir el amor ágape con el cual Dios nos ha amado.
Sino que tenemos que entender que, como pecadores, como personas que fuimos desahuciados por Dios por causa de la desobediencia de nuestros padres Adán y Eva, nacimos expuestos a la ira de Dios y la única forma en la cual podemos ser liberados de sufrir la ira de Dios, es por medio de que se nos tome en cuenta la obediencia perfecta de Nuestro Señor Jesucristo para poder ser justificados delante de Dios, siendo declarados como justos, siendo bendecidos con toda bendición espiritual según Efesios 1:3.
Si la palabra de Dios nos enseña que, cuando somos unidos a Jesucristo por la elección de Dios para que se cumpla su propósito por el poder del Espíritu Santo que es el que añade a la iglesia los que han de ser salvos entonces…
¿Cuál puede ser la explicación que pueden dar los ministros evangélicos quienes han impuesto doctrinas a la gente según sus propias especulaciones, que han llevado al pueblo cristiano a buscar ganarse constantemente la bendición de Dios por medio de sus obras, en apoyo de la institución religiosa?
El mero hecho de que un ministro inescrupuloso se pare en un pulpito a decir que el que no diezma no tiene derecho a tener participación en el servicio, como tampoco puede participar en la conmemoración de la Santa Cena del Señor, alegando el hecho de quien no cumpla con las disposiciones quién impone la estructura religiosa, no está bien con Dios.
Estas especulaciones que hacen ministros inescrupulosos por tradición según las especulaciones de los hombres, no sólo están establecidas en contra de la lógica del evangelio de Jesucristo, sino que también le otorgan armas al enemigo de las almas para atormentar a los feligreses que por alguna causa financiera le impide mantener financieramente las estructuras religiosas que imponen las organizaciones eclesiásticas.
Por causa de las imposiciones que establecen las organizaciones eclesiásticas, las cuales surgen de las especulaciones de los hombres, que tienen como propósito mantener un control social sobre una parte de la población.
Es la razón por la cual, cristianos piadosos dentro de estas estructuras religiosas, quienes en sus tiempos de juventud, no les importaba cruzar ríos para visitar las casas para ofrecer discipulado y ver las necesidades de la gente sin buscar que se comprometan con la organización religiosa, lo que se conoce como proselitismo.
Estos cristianos piadosos, establecen la queja de que no saben qué es lo que está pasando en las iglesias que buscan pastores que no les gusta salir al mundo a buscar a las ovejas que se encuentran extraviadas, otros diciendo de que ya las iglesias no tiene el poder de provocar avivamientos como los que se veían antes, que la gente se preguntaban ¿qué es lo que está pasando en ese lugar que la gente no se quieren ir de los cultos?
Tenemos que entender que cuando las organizaciones eclesiásticas con sus propias interpretaciones, establecen la comunión de sus feligreses con Dios, en la cual establecen una conexión mística por medio de la devoción haciendo ciertas obras religiosas, estos no entienden que se encuentran desafiando la lógica con la cual Jesucristo estableció su iglesia la cual tiene como propósito el glorificar a Dios, buscando sin importar el precio el que Jesucristo sea glorificado en todas las naciones.
Por lo que tenemos la necesidad de entender que llevar a cabo la gran comisión, no es suficiente el estar haciendo cultos, cultos y cultos, sino que cada cristiano tiene la comisión en dar un testimonio personal viviendo entre el mundo, por medio de expresar el amor ágape de Jesucristo el cual no busca lo suyo, sino el bien de los demás que se pierden.
Nosotros como ministerio no acostumbramos a hacer devocionales, por el hecho que los devocionales tienen el propósito de acomodar a la gente en creencias, por las cuales sienten que están haciendo las cosas bien delante de Dios para ganarse su bendición, como la madre que le acomoda la sabana al niño para que duerma cómodo.
No tenemos nosotros la opción, como ministerio de establecer una estructura religiosa basada en imponer doctrinas a los demás según nuestras propias especulaciones, con el fin de alcanzar unas metas financieras como lo hacen la mayoría que han encontrado en la práctica del proselitismo religioso, una forma de ganarse la vida.
Sin embargo, como testimonio de que hemos experimentado el amor ágape de Jesucristo en haber conocido las doctrinas de la salvación por la gracia de Dios, por medio de la fe que fue depositada en nuestros corazones para poder creer en el evangelio de Jesucristo.
No estamos dispuestos por ninguna de las circunstancias que Satanás levanta constantemente, a renunciar el servirle a Dios expresando el amor ágape por medio de lo que hacemos perseverando día a día, por medio de un ministerio cibernético, por amor de los que se nos oponen, motivados por un falso celo religioso, que no les permite experimentar el amor ágape de Jesucristo, a menos que Dios tenga misericordia de ellos y les conceda el arrepentirse.
Proverbios 16:6-9 (NTV)
Con amor inagotable y fidelidad se perdona el pecado.
Con el temor del Señor el mal se evita.
Cuando la vida de alguien agrada al Señor, hasta sus enemigos están en paz con él.
Es mejor tener poco con justicia,
Hay que ser rico y deshonesto.
Podemos hacer nuestros planes, pero el Señor determina nuestros pasos.
En estos tiempos postreros consideramos importante el que los cristianos evangélicos examinen la epístola “a Diogneto”, en vez de estar comprando libros basados en métodos para lograr esto y aquello, cuando nunca logran nada, con el fin de que con toda honestidad, puedan examinar sus vidas, para lograr evaluar si realmente están perseverando en la fe, expresando ante los demás el amor ágape de Jesucristo.
O por lo contrario, se encuentran perseverando estableciendo un culto basado en el desempeño de la religión según las especulaciones de los hombre y mujeres que imponen las pautas de lo que usted tiene que hacer para ganarse la bendición de Dios en un pleno desafío a la lógica que establece el evangelio del cómo somos salvos y bendecidos con toda bendición espiritual por medio del amor ágape inmerecido, cuando recibimos a Jesucristo en nuestras vidas.
Estas prácticas iglesieras han dado como consecuencia el que personas brillantes que tienen la capacidad de conectarse con una audiencia por medio de dirigir devocionales con los cuales creen que se encuentran bien delante de Dios y dignos de recibir su bendición.
Estas personas quienes tienen participación activa en la liturgia o como maestros de las escuelas dominical, cuando ven que sus expectativas no se cumplen en sus vidas o en un momento son señalados por los envidiosos que buscan sacar ventaja por medio de la difamación, que hoy día es el pan de cada día en el sistema iglesiero evangélico, terminan apartados y dando malos testimonios por haber puesto su confianza en ganarse la bendición de Dios por medio del desempeño que ejercían, cumpliendo con las disposiciones impuestas, según las especulaciones de las estructuras de un gobierno eclesiástico.
Por lo tanto, tenemos que entender que el pasado no tiene nada que contarnos, de manera que, no podemos culpar a Dios por los crímenes que las estructuras religiosas han cometido en contra de la humanidad con el pretexto de que la gente no quieren someterse.
Sino que tenemos que entender que JESÚS nos ama con un amor incondicional y en el lugar donde te encuentras retraído de buscar recibir el amor de Dios, tienes que permitir que la Palabra de Dios, te ubique por el poder del Espíritu Santo en la posición del reino a la cual fuiste llamado.
Efesios 2:6 (NTV)
Pues nos levantó de los muertos junto con Cristo y nos sentó con él en los lugares celestiales, porque estamos unidos a Cristo Jesús.
LOS CRISTIANOS EN EL MUNDO.
Epístola a Diogneto:
Los cristianos no se distinguen de los demás hombres, ni por el lugar en que viven, ni por su lenguaje, ni por sus costumbres. Ellos, en efecto, no tienen ciudades propias, ni utilizan un hablar insólito, ni llevan un género de vida distinto. Su sistema doctrinal no ha sido inventado gracias al talento y especulación de hombres estudiosos, ni profesan, como otros, una enseñanza basada en autoridad de hombres.
Viven en ciudades griegas y bárbaras, según les cupo en suerte, siguen las costumbres de los habitantes del país, tanto en el vestir como en todo su estilo de vida y, sin embargo, dan muestras de un tenor de vida admirable y, a juicio de todos, increíble. Habitan en su propia patria, pero como forasteros; toman parte en todo como ciudadanos, pero lo soportan todo como extranjeros; toda tierra extraña es patria para ellos, pero están en toda patria como en tierra extraña. Igual que todos, se casan y engendran hijos, pero no se deshacen de los hijos que conciben. Tienen la mesa en común, pero no el lecho.
Viven en la carne, pero no según la carne. Viven en la tierra, pero su ciudadanía está en el Cielo. Obedecen las leyes establecidas, y con su modo de vivir superan estas leyes. Aman a todos, y todos los persiguen. Se los condena sin conocerlos. Se les da muerte, y con ello reciben la vida.Son pobres, y enriquecen a muchos; carecen de todo, y abundan en todo.Sufren la deshonra, y ello les sirve de gloria; sufren detrimento en su fama, y ello atestigua su justicia. Son maldecidos, y bendicen; son tratados con ignominia, y ellos, a cambio, devuelven honor. Hacen el bien, y son castigados como malhechores; y, al ser castigados a muerte, se alegran como si se les diera la vida.Los.judíos los combaten como a extraños y los gentiles los persiguen, y, sin embargo, los mismos que los aborrecen no saben explicar el motivo de su enemistad.
Los cristianos no se distinguen de los demás hombres, ni por el lugar en que viven, ni por su lenguaje, ni por sus costumbres. Ellos, en efecto, no tienen ciudades propias, ni utilizan un hablar insólito, ni llevan un género de vida distinto. Su sistema doctrinal no ha sido inventado gracias al talento y especulación de hombres estudiosos, ni profesan, como otros, una enseñanza basada en autoridad de hombres.
Viven en ciudades griegas y bárbaras, según les cupo en suerte, siguen las costumbres de los habitantes del país, tanto en el vestir como en todo su estilo de vida y, sin embargo, dan muestras de un tenor de vida admirable y, a juicio de todos, increíble. Habitan en su propia patria, pero como forasteros; toman parte en todo como ciudadanos, pero lo soportan todo como extranjeros; toda tierra extraña es patria para ellos, pero están en toda patria como en tierra extraña. Igual que todos, se casan y engendran hijos, pero no se deshacen de los hijos que conciben. Tienen la mesa en común, pero no el lecho.
Viven en la carne, pero no según la carne. Viven en la tierra, pero su ciudadanía está en el Cielo. Obedecen las leyes establecidas, y con su modo de vivir superan estas leyes. Aman a todos, y todos los persiguen. Se los condena sin conocerlos. Se les da muerte, y con ello reciben la vida.
Son pobres, y enriquecen a muchos; carecen de todo, y abundan en todo.
Sufren la deshonra, y ello les sirve de gloria; sufren detrimento en su fama, y ello atestigua su justicia. Son maldecidos, y bendicen; son tratados con ignominia, y ellos, a cambio, devuelven honor. Hacen el bien, y son castigados como malhechores; y, al ser castigados a muerte, se alegran como si se les diera la vida. Los judíos los combaten como a extraños y los gentiles los persiguen, y, sin embargo, los mismos que los aborrecen no saben explicar el motivo de su enemistad.
Para decirlo en pocas palabras: los cristianos son en el mundo lo que el alma es en el cuerpo. El alma, en efecto, se halla esparcida por todos los miembros del cuerpo; así también los cristianos se encuentran dispersos por todas las ciudades del mundo. El alma habita en el cuerpo, pero no procede del cuerpo; los cristianos viven en el mundo, pero no son del mundo. El alma invisible está encerrada en la cárcel del cuerpo visible; los cristianos viven visiblemente en el mundo, pero su religión es invisible. La carne aborrece y combate al alma, sin haber recibido de ella agravio alguno, sólo porque le impide disfrutar de los placeres; también el mundo aborrece a los cristianos, sin haber recibido agravio de ellos, porque se oponen a sus placeres.
El alma ama al cuerpo y a sus miembros, a pesar de que éste la aborrece; también los cristianos aman a los que los odian. El alma está encerrada en el cuerpo, pero es ella la que mantiene unido el cuerpo; también los cristianos se hallan retenidos en el mundo como en una cárcel, pero ellos son los que mantienen la trabazón del mundo. El alma inmortal habita en una tienda mortal; también los cristianos viven como peregrinos en moradas corruptibles, mientras esperan la incorrupción celestial. El alma se perfecciona con la mortificación en el comer y beber; también los cristianos, constantemente mortificados, se multiplican más y más. Tan importante es el puesto que Dios les ha asignado, del que no les es lícito desertar."
Quiero agradecer especialmente a mi esposo Juan Calo, quien no solo es mi compañero de vida, sino también mi apoyo incondicional. Gracias por estar a mi lado, por ayudarme a dar forma a un tema que Dios me había inquietado, por ser un reflejo de la paciencia y el amor que Él nos enseña. Tu apoyo es un regalo que atesoro cada día. ¡Te amo y doy gracias a Dios por ti!
𝑀𝑎𝑟𝑖𝑎 𝐼𝑧𝑎𝑏𝑒𝑙 𝑀𝑒𝑠𝑡𝑟𝑒
Profeta de Yom Teruah Ministries®
Pentecostales Reformados
La Caverna del Profeta®
Carolina, Puerto Rico
profetamariaimestre@gmail.com

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